Una curiosa justificación ofreció el diputado por Aysén, Miguel Ángel Calisto (Demócratas), al responder a la prensa ante los cuestionamientos de ser uno de los mayores deudores de TAG en el Congreso, junto a sus colegas a Boris Barrera (PC) y Raúl Leiva (PS).
Al ser consultado, por el reportaje publicado por Ciper, el diputado de Aysén justificó su deuda, argumentando que “lo preocupante sería que un político no tenga deudas”.
El parlamentario prefirió así desviar el foco de atención del tema, para defender que desembolsa dinero en los gastos cotidianos que realiza en su despliegue territorial -y que no siendo obligatorios ni propios de su función, sino más bien discrecionales- le demandan tal nivel de presupuesto que le impide estar al día con sus propias cuentas.
Calisto detalló que se trataba de su financiamiento a premios de rifa, recursos para los enfermos, aportes para las comunidades y organizaciones, etc.
Ahora bien, según la propia Cámara, la dieta bruta mensual de un parlamentario o sueldo en 2024, fue de $7 millones 348 mil 983.
Suamdo a eso, cada diputado recibe asignaciones mensuales por los gastos operacionales que implica cumplir con la labor del cargo. Además, el monto aumenta por la contratación de personal de apoyo y por la realización de asesorías externas.
LEY PAREJA…
Con todo, Calisto explicó que la deuda en su caso corresponde a un vehículo particular y no al Estado.
“Es una deuda con una concesionaria de las carreteras, que repacté por un producto que me atrasé y lo estoy pagando”, afirmó, naturalizando su pendiente financiero con el sistema de control carretero concesionado que es parte una ley emanada del propio Congreso, y que considera diversas modificaciones.
De esta manera, se comparó con el resto de los ciudadanos del país: “Así como tengo deuda en abcdin o en Casa Alicia en Coyhaique, como cualquier ciudadano, no le veo la complejidad”, aseguró Calisto.
Lo cierto es que el Código de Conductas Parlamentarias que rige para todos los diputados de la República de Chile, “se aplica, de modo general y sin excepción, en lo pertinente, a todas las actividades de los Diputados dentro y fuera de la Corporación.”
Este ordenamiento señala en su Artículo 3º que “Los Diputados deberán permanentemente observar una conducta moralmente intachable y una entrega honesta y leal al desempeño de la función y de su cargo, con preeminencia del interés general sobre el particular.”



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