Por Jorge Azócar B. · Desde Buenos Aires
Argentina vive en una realidad paralela. La sensación de estar en la etapa previa al Apocalipsis es constante; solo basta esperar las trompetas que anuncien la llegada de los 4 jinetes.
En la última semana de febrero de 2025, el ministro de Defensa argentino, Luis Petri, festejó la llegada del primer avión F-16 que le compró a Dinamarca. Este país lo vendió por considerarlo obsoleto y, además, desarmado. Una vez ensamblado, se realizó un show mediático digno de TikTok e Instagram: Petri se subió al avión para mostrarlo en redes sociales con una canción de Dire Straits de fondo. Celebraba que ese avión -que no volaba- ahora serviría para enseñar a los pilotos. Casi cómico. La sensación de estar en manos de improvisadores constantes es angustiante.
¿Saben qué es lo más curioso y ridículamente gracioso de toda esta situación? Que la canción elegida de Dire Straits fue Money for Nothing, cuya traducción es Dinero por nada. Y si queremos hilar más fino aún, hay una estrofa de esa canción que dice: “That little faggot got his own jet airplane”, que traducido es «Ese pequeño maricón tiene su propio avión a reacción».
Más tarde, la Agencia Nacional de Discapacidad de Argentina publicó en el Boletín Oficial la Resolución 187/2025, en la que las personas con habilidades cognitivas diferentes fueron clasificadas como: “Idiota”, “Imbécil” y “Débil Mental”. Es decir, la República Argentina ha violado todos los acuerdos internacionales contra la discriminación. Surreal, tremendo, horrible e increíble que esto suceda en pleno siglo XXI.
Cuando creemos que el gobierno de Javier Milei ha llegado al límite de la vergüenza ajena, logra romper un récord más.
¿Qué hacer con un personaje como éste? ¿Se lo pasea por los colegios para que los niños vean cómo eran los Neandertales en el pasado? ¡Por supuesto que no! No creo que el hombre primitivo haya sido tan cruel y bruto.
Mi última columna sobre Argentina estuvo llena de pronósticos que, con el tiempo, se hicieron realidad. No pasó nada con la estafa de la criptomoneda. El Poder Judicial argentino es tan servil y corrupto que no investigó absolutamente nada. Y si por casualidad algún juez tuviera la dignidad de investigar “de oficio”, Milei se encargó de nombrar 2 jueces en la Corte Suprema… por decreto. Así de impune se lee, así de impune es, en realidad, la derecha.
Cuando se trata de la izquierda o el centroizquierda, se pide la mano dura de la justicia. Pero cuando un miembro de la derecha está en el poder, lo envuelve el sórdido y oscuro manto de la impunidad. Argentina no escapa a esta realidad paralela, que no resuena en el exterior, donde Javier Milei vende su dignidad a cambio de presencia en actos políticos del Partido Republicano en EE. UU. o abandona su apoyo a Volodímir Zelenski por orden de su amo, cuando hace muy poco le juró lealtad y apoyo incondicional.
Me duele ver así la Casa Rosada. Me duele ver a Argentina convertida en víctima de la incertidumbre y los caprichos de unos animales con terno… Luego recuerdo que están allí por el voto de la gente. Entonces se me pasa todo.
¿Qué nos tendrán preparado los payasos de la Casa Rosada? Lo veremos en la próxima columna sobre las fantásticas aventuras de Javito, el Neandertal.
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