
Por Jorge Azócar
· Desde Buenos Aires
Una de las series que más lamenté que no tuviera tantas temporadas fue “The Newsroom”. Hoy se puede disfrutar buscándola por varias plataformas, era una joya de la TV, con Aaron Sorkin, como productor y guionista, trataba de una cadena de noticias donde su conductor estrella confeso republicano, tenía enormes conflictos por ser de derecha en su ideología, pero totalmente transgresor en sus principios. La genialidad de sus diálogos, sus personajes tan bien desarrollados hacían sentir al espectador en una vorágine de un noticiero diario con una cruda reflexión de la realidad por capítulo.
En estos días, me acordé de esa serie, porque hay una escena en que un personaje llamado Jim Harper (casi como el de “The Office”, pero no) tiene una reflexión después de un largo día de trabajo, dice: “Voy a escribir un libro que trate de como la clase media vota políticos que perjudica a la misma clase media que los votó”.
Es inevitable pensar en la Argentina. Lo triste es que esa serie la vi en el 2016, hoy en el 2024 nada cambió, las cifras que dio el Gobierno, da como resultado que la pobreza en Argentina alcanza el 52,9% en el primer semestre de 2024, un aumento de 11 puntos desde que asumió Javier Milei. En resumen, más de la mitad de los argentinos son pobres.
Si fuera un estado que no produce materia prima estaríamos todos de acuerdo que quizás eso sea posible, pero estamos hablando de una potencia agro exportadora. Estamos hablando de que hay niños en nivel de desnutrición en un país productor de leche.
Argentina tiene niveles muy bajos, casi nulos en analfabetismo, pero la ignorancia es casi tangible. No se ha visto un nivel tan bajo en su clase política como en esta época.
Si usted lector o lectora ha estado leyendo mi columna en los últimos meses, se habrá dado cuenta que, en una oscura predicción ya anticipé todo esto.
La batalla cultural entre el sentido común y la realidad autopercibida es gigantesca. Para ser claros y ejemplificar, les voy a contar una anécdota que me pasó hace un tiempo. Un compañero de trabajo que algunos años atrás pagaba una boleta de electricidad subvencionada por el Estado, según ve y escucha en los medios: “las subvenciones están mal, porque perjudican al dueño de la empresa”. Mi compañero, ahora paga exactamente el doble que antes, paga exactamente el doble en movilización y paga exactamente el doble en alimentos. Pero él se percibe como un empresario. Es surrealista.
Hay un video de un multimillonario que habla en una charla TED, dura 5 minutos, pero ejemplifica con números y estadísticas lo que se sabe a gritos y que nadie quiere que sepas. La charla se llama “Los ricos NO crean empleos” y lo dice un multimillonario y empresario norteamericano llamado Nick Hanauer. Estimados lectores, este aviso es exclusivamente para ustedes. Si después de ver el video empiezan a dudar de lo establecido o si es “statu quo”, si empieza a pensar que el liberalismo económico es exactamente igual de estúpido que el terraplanismo, entonces, se le ha caído el velo de los ojos, ese velo que medios de prensa hegemónicos intentan poner en la vista y perspectiva de todas las personas. Créanme queridos lectores, la verdad está al alcance de todos, pero no todos tienen la sabiduría de distinguirla.
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