No más… ¿yo?


Por Jorge Azócar
· Desde Buenos Aires


Francia contiene su respiración. Alemania está pasando por una crisis política y en Austria el Primer Ministro presentó su renuncia. ¿Qué pasó? ¿Qué ocurre en Europa? Los analistas políticos corren en círculos, porque no entienden cómo tienen un status de bienestar económico y aun así la derecha está ganando en las calles y en la juventud.

Piden a gritos un cambio de rumbo. La explicación podría ser más simple de lo que muchos creen. Los países donde fueron más estrictos con la población, donde el Estado reguló las salidas y los encerró por la salud colectiva, ahí, en esos países donde se notó el poder del Estado, ahí fue castigado con la indiferencia en las urnas. Difícil de creer. El Estado presente, pero marcando límites y el pueblo vota exactamente lo contrario.

Algo muy parecido vivió la Argentina. Se salvaron muchas vidas, se consiguieron vacunas, pero la percepción de las personas fue de: “Vivíamos encerrados”, “No nos permitían salir a la calle”.

 Pasaron 4 años de la pandemia más grande en los últimos 100 años, sin embargo, las personas “se rebelan contra el Estado opresor”. Eso creen. El voto joven cree eso, el voto revolucionario lo reafirma.

 Europa está en las puertas de un gran cambio de rumbo. Francia irá al ballotage entre la extrema derecha y la centro derecha. Será un verdadero ejemplo el que den en el futuro. Europa no quiere más Islam, no quiere más africanos, no quiere más izquierda abierta a la inmigración.

Hace poco en Madrid le preguntaron a una venezolana, si apoyaba a la izquierda o a la derecha en España, respondió que prefería la extrema derecha, que no quería más inmigrantes. “Pero tú eres inmigrante” le apuntó el periodista. “Ya no”, respondió orgullosa, “acabo de recibir mis papeles, ya soy española”. La cara de la periodista fue épica.

 La respuesta que dio fue exactamente lo que piensa un latinoamericano promedio del que está al lado. Respetamos los errores de pronunciación del castellano si la persona es rubia, de ojos celestes, pero nos burlamos de los acentos si provienen de un país latinoamericano. Ser superficial y no tener valores se está poniendo de moda.

Hace poco leí una reflexión en X (ex Twitter) que decía: “Argentina es un país donde cualquiera puede hacer una estafa piramidal, porque todos creen que se pueden hacer millonarios con videitos de Tik Tok”.

Me pareció sublime.

Hay algo de cierto en esa reflexión, que para engañar a la mayor parte de la población, basta con mantenerla desinformada, enojada o dividida, con eso alcanza. Las personas que habitan la Argentina en este momento están divididas: Por un lado la preocupación y el espanto y, por el otro, la conformidad y la felicidad de haber votado esto.

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