Guerra en Ucrania y orden mundial


Por María José Mora F.
Académica del Instituto de Historia de la U. Los Andes


La guerra ha dejado en evidencia que por más acuerdos y alianzas que se hagan, hoy día a Occidente sólo le resta intervenir directamente, en un conflicto que ha puesto en jaque el orden mundial. Cuánto durará la guerra, posibles escenarios futuros y hasta qué punto Occidente está dispuesto a financiar a Ucrania son algunas claves en el devenir del conflicto y que experta responde.

Durante la guerra que acaba de cumplir un año, entre Rusia y Ucrania, se ha visto cómo la OTAN se ha unido en torno ésta, e incluso nuevos países como Finlandia y Suecia quieren sumarse. Por otra parte, hemos visto también como Alemania ha roto su histórica neutralidad después de la Segunda Guerra, para sumarse a las sanciones del bloque occidental y hemos visto que los intentos de Rusia por lograr sus reclamaciones; esto es; el reconocimiento de la independencia del Donbás, del referéndum de Crimea, que la convierte en región rusa y el compromiso de Ucrania de no ser parte de la OTAN no han podido lograrse, a pesar de conversaciones de paz en Bielorusia y Turquía, que no han llegado a buen puerto.

En este punto es importante abordar el cambio de paradigmas en el cómo se relacionan (y relacionarán) las naciones producto del conflicto, y los posibles escenarios de éste.

Es así como hay algunos puntos que no se pueden pasar por alto para entender por qué se ha llegado a consumar esta guerra, con sus proporciones y lo que es más importante; a dónde podemos llegar.

Cuando nos preguntamos por qué Europa o EEUU no entran a la guerra, como lo habían hecho anteriormente en Libia, Siria, Afganistán o Irak; la respuesta tiene varias aristas.

Primero es que el enemigo en esos casos, no era una potencia que históricamente ha sido agresiva y expansiva o, al menos, con las capacidades de hacer frente a EEUU. Pero, en segundo lugar, y la razón más importante de por qué no entrar a la guerra, es debido al hecho de que involucrar en el conflicto bélico a alguno de los países o de la OTAN o de la Unión Europea, implica que todos los demás deben hacerse parte. Entonces, ya no estaríamos hablando de una simple guerra, sino de una guerra mundial, además con alcances nucleares.

EEUU y Europa han intentado todo, menos enviar tropas. Pero en las últimas semanas hemos visto una escalada importante en el envío de tanques de última tecnología; los llamados Abrams y Leopards, únicos en el mundo en su capacidad militar; extraordinarias máquinas de guerra que podrían cambiar el curso de la misma.

¿Cuáles son los posibles escenarios?

Por una parte, podríamos suponer como primer escenario el triunfo de Ucrania, triunfo que podría tener varias aristas también. Primero, imaginemos un triunfo absoluto, que sería lograr recuperar los territorios del Donbás y además Crimea. Dejando a Rusia completamente humillada. Otro triunfo posible sería al menos recuperar solo el Donbás. Pero la imagen de una Rusia humillada, quedaría igual en ese caso.

Es posible que, en este primer escenario, las potencias occidentales desarrollen un plan de emergencia para levantar y reconstruir Ucrania; incluso, algunos empujarían el discurso de incorporarla a la Unión Europea, pero que no iría mucho más allá de un “discurso” teniendo en cuenta la existencia de los Criterios de Copenhague, que son los que establecen los requisitos de entrada a la Unión; requisitos que Ucrania no cumplía antes de la guerra y que difícilmente podría alcanzar después de ella.

En un segundo escenario, podríamos imaginar el triunfo de Rusia. Algo que Europa y EEUU no podrían permitirse, pero que podría ocurrir. Ese triunfo habría que definirlo como el logro del control y anexión completo del territorio del Donbás. Sin lograr el reconocimiento internacional de ese territorio y del de Crimea, pero al menos, tener el control real. En ese escenario, Rusia emergería como una potencia reivindicatoria en su contexto asiático, probablemente más desafiante de lo que ya ha sido y eso provocaría una serie de nuevas alianzas diplomáticas en Occidente, fortalecimiento de la OTAN que nuevamente tendrán como objetivo defenderse de Rusia.

Lo que sí es cierto, es que, en cualquiera de estos 2 escenarios, con sus matices y posibles notas diversas, Ucrania quedará devastada y su camino a ser parte de la UE y la OTAN será más difícil que antes. Rusia en cambio, habrá demostrado ser capaz de reorganizarse internamente para resistir las bajas, las pérdidas y los ajustes económicos. Aun cuando Rusia pierda, Ucrania habrá perdido más. Al final, aún cuando alguien se proclame vencedor, todos pierden.

La otra pregunta que queda es ¿cuánto tiempo más está dispuesto Occidente a ayudar y financiar a Ucrania? Sobre todo, entendiendo que este conflicto es más bien una ‘piedra en el zapato’ para las líneas de política exterior que se ha fijado EEUU de cara al futuro, cuya primera y absoluta prioridad es hacerle frente al crecimiento y empoderamiento chino.

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