También se duplicaron las Preemergencias entre abril y septiembre, en comparación con 2021 donde incluso hubo mayor permanencia de los habitantes en sus hogares ante las restricciones de movilidad de la pandemia COVID-19.
Con un 25% más de episodios críticos de contaminación cerró Coyhaique el periodo comprendido entre el 1 de abril y el 30 de septiembre de este año, lapso en que cada año se aplican normativas para reducir la contaminación atmosférica.
En 6 meses del periodo GEC (Gestión de Episodios Críticos) 2022 -que lleva adelante la Seremi de Medio Ambiente de Aysén- tuvo 64 situaciones de contaminación por sobre el nivel de la norma, 13 más que en 2021, cuando hubo 51.

En general, todos los episodios críticos subieron entre 2021 y 2022, pues las Alertas se incrementaron de 20 a 22; las Preemergencias de 10 a 20, y las Emergencias de 21 a 22 con el aumento global de este año, lo que contrasta con 2021, cuando hubo incluso más permanencia obligada de las personas en sus hogares en la capital regional debido a las restricciones obligatorias del COVID-19.
SEREMI: “EL CLIMA, LA GUERRA, ALTOS COSTOS Y MENOR STOCK”

Pese a lo anterior, el seremi del Medio Ambiente, Julián Cárdenas, atribuyó las altas cifras 2022 de contaminación a “condiciones climatológicas especiales”.
“Sin duda este fue un año climáticamente adverso, donde volvimos a experimentar nieve, mucha lluvia, y muy bajas temperaturas, lo que sin duda aumenta nuestra necesidad de calefaccionarnos en nuestros hogares y puestos de trabajo”, argumentó Cárdenas.
Y aunque es propio que el invierno patagón sea con bajas temperaturas y nieve o lluvia, y asegurando que este año sí hubo mayores problemas de ventilación en la zona, la autoridad además matizó que para enfrentar la temporada otoño-invierno este año Coyhaique buscó calefacción mediante “la quema de leña, cuyo uso con altos niveles de humedad constituye la principal fuente de contaminación de nuestra zona saturada”.
Y agregó que en el alza de Episodios Críticos de contaminación también se deben considerar variables como el efecto de la crisis internacional actual, de la guerra en Ucrania, y los elevados costos y disminución del stock de las formas más sustentables y alternativas de calefacción, aumentando así el consumo de leña en los hogares.
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