Este 23 de abril se celebra el Día Mundial del Libro y el Derecho de Autor, momento más que propicio para entusiasmar a los más pequeños en el mundo de las letras.
En los adultos, padres o cuidadores, es muy común que ronde la idea de fomentar la lectura en los más pequeños, especialmente en una situación como la actual, donde muchos niños vieron retrasado su aprendizaje producto de la pandemia. Si bien incentivar la lectura es una tarea que en muchas ocasiones se pone cuesta arriba, es muy importante que padres se organicen, logren encontrar el lugar y la forma adecuada para incluir la lectura en el día a día de los niños.
Para los especialistas, la lectura en los niños tiene un gran número de beneficios, entre ellos destaca la adquisición de vocabulario, el desarrollo de la imaginación y la creatividad, disminuye los problemas de concentración y aumenta la capacidad de comprensión lectora, una herramienta indispensable para todas las personas.
Por lo general, los niños comienzan a aprender a leer alrededor de los 6 años, sin embargo, no existe una edad específica para esto, por lo que es muy importante fomentar el interés por la lectura antes de su enseñanza formal en la educación básica.
En esete sentido, los expertos advierten que aun cuando los niños todavía no decodifican ni son lectores autónomos, los padres pueden abrirles el horizonte a la lectura para ir despertando la motivación por esta actividad y generando un hábito.
En este contexto, entrega algunas recomendaciones que pueden ser útiles a la hora de fomentar la lectura de los más pequeños:
- Conocer los libros más adecuados para una determinada edad: Cada libro tiene una edad y una temática recomendada, por lo que es bueno, especialmente al inicio de la lectura, que los niños puedan contar con libros acordes con sus intereses y capacidades.
- Conocer los gustos de los niños y crear espacios para la lectura: Esto permitirá que los más pequeños vean la lectura como un momento de entretención más que como una tarea u obligación.
- Crear momentos de lectura compartida: Si la lectura se genera en ambientes compartidos, con padres, hermanos o amigos, esta se transformará en un panorama que buscaran realizar de manera habitual.
- Llevar libros al lugar de vacaciones: Para así asegurar que se contará con material de lectura para algún momento de este período y así los niños verán la lectura como una opción clara de entretención.

ANTIGUA Y NOBLE CELEBRACIÓN
La celebración del día del libro se remonta a principios del siglo XX en España. El escritor Vicente Clavel propuso la idea a la Cámara Oficial del Libro de Barcelona en 1923. Dos años después volvió a insistir en su propuesta, llevándola a Madrid. El 6 de abril de 1926 el rey Alfonso XIII aprobó y firmó el Real Decreto que estableció que cada 7 de octubre se conmemoraría el nacimiento de Cervantes. Esta conmemoración vendría de la mano con una fiesta dedicada a los libros españoles.
Se celebró en esa fecha por 5 años, pero en 1930 se modificó el día de celebración. Según National Geographic, por 2 razones: no estaba claro el día de nacimiento de Cervantes y una celebración de ese tipo quedaría mejor en primavera, no en otoño.
Ese año, se acordó que el 23 de abril sería el día elegido para la celebración. La internacionalización de la fecha vino en la Conferencia General de la Unesco de 1995. La Unión Internacional de Editores propuso a la Unesco, representada por el gobierno español, que el 23 de abril se proclamara como el Día Mundial del Libro.
Para potenciar las celebraciones del Día del Libro, desde 2001 se ha designado a una ciudad como la Capital del Libro. Este año la ciudad encargada de darle vida a las celebraciones es Guadalajara, en México.
Es decir, desde este 23 de abril hasta el 23 de abril del próximo año, la ciudad será foco de actividades enfocadas en la promoción del libro y la lectura. El nombramiento fue en noviembre de 2020 y la ciudad mexicana propuso un programa a 3 ejes:
- Recuperación de espacios públicos mediante actividades de lectura en parques y otros espacios accesibles
- Vinculación y cohesión social a través de talleres de escritura y lectura para niños.
- Fortalecimiento de la identidad de barrio, esto “mediante las conexiones intergeneracionales, la narración de cuentos y la poesía callejera”.
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