
Por Jorge Díaz Guzmán @JdiazguzmanCom
Ayer todos fuimos “Charlie Hebdo“ y hoy somos La Red TV. Desde hace un tiempo el Gobierno viene hostigando la línea editorial del canal de televisión privado; primero fue el cuestionamiento por la entrevista al reo Mauricio Hernández Norambuena “Comandante Ramiro”, preso en la cárcel de Alta Seguridad por el asesinato del senador Jaime Guzmán (UDI) en 1991. Tras ello, la jefa de gabinete del Presidente Sebastián Piñera decidió llamar a Ángel González, propietario de la estación televisiva a través del grupo Albavisión.
Y hace unos días, 2 ministros y 3 generales de las FFAA han criticado, intentado censurar, y cuestionar un programa de humor del mismo canal.
Estos hechos sobrepasan cualquier estándar democrático de cualquier país, que dice tener plena vigencia de un Estado de Derecho.
La deliberación de las FFAA es inaceptable en un sistema democrático y la actitud del Gobierno a través de sus ministros de Defensa y de Gobierno, son propias de los Estados donde impera el fanatismo religioso, como el que atacó la revista satírica francesa “Charlie Hebdo”, que terminó con la vida de alguno de sus editores y dibujantes.
Un programa satírico en el cual actores chilenos -en vez de dibujar una caricatura del líder religioso islámico- presentan una sátira actoral de políticos y altos oficiales de las fuerzas armadas chilenas provoca una reacción del ministro de Defensa Baldo Prokurica y de los altos oficiales, quienes a través de cartas esgrimen que se denigra la imagen de las FFAA. Es decir, ante ese ejercicio de libertad artística, ministros y generales acudieron a la misma justificación que motivaron los atentados a la revista francesa, acto que fue rechazado por toda la comunidad democrática mundial, llegando a acuñarse “Todos Somos Charlie Hebdo”.

Antes estos graves hechos -en buena hora- han surgido voces de las más diversas instancias, por supuesto de los periodistas, actores y medios de comunicación, desde los partidos con vocación democrática, desde la ciudadanía y también desde organismos internacionales encargados de vigilar la libertad de expresión en el mundo libre como, por ejemplo, del representante de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, entre otros.
Por acá, en esta parte de la Patagonia, en mi caso, que fui perseguido y encarcelado por ser director de un medio de comunicación durante la dictadura, que además censuró y controló por la fuerza la libertad de expresión, no puedo dejar de manifestar mi preocupación por tal grave hecho y además solidarizar con quienes dirigen y trabajan en el canal de televisión La Red, vaya para ellos mi solidaridad y compromiso para defender y promover la libertad de expresión. Ésta es una tarea, que va más allá de quienes estamos vinculados con los medios de comunicación social, esto debiera ser también una tarea de la ciudadanía toda.
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