
Por Eva Bahamonde T. @EVAGABRIELABT
Asistente Social de profesión y oficio
Cada año que pasa es más intenso el compromiso, convicción y entendimiento de la importancia que nos releva el entender que tanto el lenguaje como las actitudes y acciones que realizamos como personas que conviven en sociedad pueden perjudicar o fortalecer a los seres humanos. Hoy conmemoramos un nuevo 8M.
Por ello es responsabilidad de todos los actores sociales ir brindando espacios de reflexión que nos convoquen a mejorar las relaciones humanas en contextos, laborales, educativos, familiares y por sobre todo doméstico, ya que como bien manifiesta el dicho, la ‘calidad empieza por casa’.
Las discriminaciones, abusos y todo tipo de vulneraciones deben ser denunciadas, sancionadas y reparadas acompañando a cada una de las víctimas.
Para ello debemos normar; creando objetivos transversales, instalando procedimientos que vengan con la mirada inclusiva.
Este año se implementará en las escuelas, liceos y jardines municipales de Coyhaique un Protocolo de Prevención del Acoso Sexual en la Educación, tanto pre-básica, básica y media. Dicho protocolo es un trabajo elaborado con gran compromiso aunando voluntades y convicción de diferentes actores, pero principalmente enfocado y dirigido para que cada uno de nuestros estudiantes, puedan sentirse sujetos de derecho y para que nunca más, vulnerar sus derechos sea normalizado e invisibilizado por ser parte de la idiosincrasia cultural.
Muchas personas en diferentes espacios, ya sean laborales, educativos y sociales, están trabajando por instalar este cambio cultural en donde dejemos de normalizar y logremos erradicar todo tipo de violencia y abuso por ser diferente.
De las calles, de las marchas, desde la protesta, el enfado y la frustración, hoy nos tomamos los espacios públicos para proponer, fiscalizar y otorgar seguridad en nuestros lugares comunes, para que juntos y juntas logremos erradicar todo tipo de discriminación y abuso.

Lograremos evolucionar a un país inclusivo respetuoso de todos los seres humanos, donde los abusos y discriminaciones sean completamente desarraigados y que cada cambio que vayamos generando, sea provocado desde la intención de mejorar nuestras relaciones.
El llamado es a generar los cambios desde donde cada uno se desempeña y a ser ese agente que inspire a forjar una mejor sociedad. Desde el ámbito educativo debemos reforzar y entregar una educación integral libre de discriminaciones y que forme en valores básicos de igualdad, equidad e inclusión que sea capaz de facilitar la importancia de entender también cuáles son las implicancias del desarrollo sexual y afectivo, formando y desarrollando herramientas personales que sean capaces de tener una mirada crítica referente al género y todo tipo de diversidades para poder ejercer la autonomía de nuestros cuerpos, vivencias y experiencias.
Somos las personas adultas las llamadas a construir y asegurar una sociedad más inclusiva y este nuevo 8M, en que conmemoramos el Día Internacional de las Mujeres, seguimos en la lucha de reivindicar nuestros derechos por ti, por mí y por todas mis compañeras.
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