COLUMNA EPD: «El terror de las campañas…»

 

Centrar el debate presidencial,  como si estuviéramos en los años ’70, desvía la atención de los problemas que plantea la sociedad chilena, que surgen desde los movimientos sociales y no de los referentes partidarios.

 

 

Por Jorge Díaz Guzmán (*)
jdiazguzman@elpatagondomingo.cl / @JdiazguzmanCom

 

Nuestra élite política discute al margen de los intereses de la ciudadanía, dicen los sectores sociales, cuando ven, que la agenda de los candidatos tiene más que ver,  con el otrora conflicto Este-Oeste, -cuando se  disputaba entre el eje soviético y el de EEUU-, que con los problemas que nos preocupan en el diario vivir.

La discusión sobre la conducta del Partido Comunista (PC) en la oposición, copa las reacciones del gobierno y de los candidatos oficialistas, como si el partido de la «hoz y el martillo» estuviera a punto de tomarse por asalto el Palacio de La Moneda.

Sin duda un exceso, en que algunos líderes del PC criollo también contribuyen a exacerbarlo, pero más bien, para producir enojo en el conservadurismo chileno, que para instalar temas propios de un estado centralizado, que en rigor, solo existe a medias en la China Popular y con connotaciones más bien culturales en Corea del Norte.

Centrar el debate presidencial,  como si estuviéramos en los años ’70, desvía la atención de los problemas que plantea la sociedad chilena, que surgen desde los movimientos sociales y no de los referentes partidarios.

La vieja estrategia de las campañas del terror, no han dado resultados en Chile. No ocurrió en plena guerra fría, cuando surgió la revolución en libertad planteada por Eduardo Frei Montalva en 1964; tampoco con el triunfo de la unidad popular en los 70; No resultó en el plebiscito del 88, cuando se pronosticaba el caos y la vuelta a la estatización de la economía; tampoco  rindió frutos en la elección presidencial de 1989 y así sucesivamente. Incluso, en 2010, donde la centroderecha,  puso a un candidato con más vinculo en el centro político con pasado DC, que con la derecha clásica, como fue el caso de Sebastián Piñera.

Tanto es así -que las campañas del terror no funcionan en Chile-,  fue el resultado de la elección de 2010, donde triunfó la derecha, después de 50 años; recordemos que el candidato de la Concertación Eduardo Frei Ruiz-Tagle, en esa oportunidad dijo: “Si se instala un gobierno de derecha, es posible que las contradicciones sociales que existen hoy día se agudizarán”. Hoy al termino del gobierno de la Alianza, el país sigue funcionando de manera muy parecida a lo que ocurría antes de 2010.

Hoy para el candidato de Renovación Nacional, Andrés Allamand, la oposición quiere estatizar la educación y con ello terminar la educación particular subvencionada en el país, es decir, se cerrarían en Coyhaique liceos emblemáticos como el Liceo San Felipe y Alianza Austral… ¿Alguien puede creer eso? Claro, solo una persona altamente ideologizada podría comprar tamaña amenaza.

Golborne, por su parte, se transforma en el defensor de la soberanía, porque según él, se debe proteger el territorio nacional con una reforma constitucional, porque o si no, la ex Presidenta Bachelet le entregará soberanía a Bolivia; una mala estrategia del candidato de la UDI; ya que de alguna manera está notificando, que perderá la elección y se requiere esa norma, antes que asuma la oposición.

Lo cierto es, que se echa de menos el debate por los grandes temas, esos que nos afectan a todos, en vez de éstos,  asociados a viejas discusiones de una élite política, que mira  más por el retrovisor que por el parabrisas…

(*) Es Comunicador Social y Director Ejecutivo de EPD Comunicaciones Ltda.

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