La esencia de este trabajo, que recorre el territorio regional, es la posibilidad de realizar un viaje virtual para descubrir 10 lugares y costumbres típicas de esta parte de la Patagonia chilena.
Aysén Profundo es un documental interactivo que invita a transportarse por un momento a esta región del extremo sur de Chile y conocer aquí, de la mano de sus habitantes, los oficios y tradiciones típicas de estas tierras. Todo esto a través de fotografías 360º, vídeos, audios y textos.
Un ejemplo es lo que sucede en el sector de río Paloma, a 45 kilómetros de Coyhaique, donde don Germán Gastaminza y sus hijos enseñan la capadura y señalada, prácticas tradicionales del manejo ovino que su familia desarrolla en ese lugar desde que llegaron a la zona en los años ’30, cuando eran tiempos del acceso sólo a caballo y la travesía demoraba 4 días.
En Portezuelo, 40 kilómetros al sur de Villa Cerro Castillo, don Crispín Castillo, inmerso en un bosque de Lengas, Ñirres y Coigüe de Magallanes, cuenta los secretos del tejueleo aprendidos de su abuelo, y se auto-reconoce como uno de los pocos que continúa dedicándose de forma exclusiva a este oficio.
Así de norte a sur, Aysén Profundo nos revela secretos de los oficios y tradiciones que conforman el patrimonio inmaterial de esta región. Como el popular mate y sus códigos ocultos, el juego del truco, las distintas técnicas de teñido de lana, la esquila, el trabajo en greda, y muchas preparaciones de comidas como: la cholga seca,el queso de campo, las sopaipillas, el ñache y el asado al palo, ese que se cocina parado, a fuego lento y por lo menos unas 3 horas.
EN TABLETS Y BIBLIOTECAS PÚBLICAS
Esta nueva versión, cuenta además con música original de Nicasio Luna, cantautor aysenino también conocido como “Trovador del Baker”, de gran trayectoria en fiestas patagónicas, este joven compuso con acordes patagones la música introductoria de este documental.
Si bien www.aysenprofundo.cl se encuentra disponible en Internet de forma gratuita desde inicios de 2011, este año, gracias al financiamiento del Fondart Regional, del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, la página ya cuenta con traducción al inglés y ha sido modificada para ser accesible desde dispositivos smartphone y tablet. Además, cuenta con la sección comunidad Aysén Profundo donde los usuarios pueden intercambiar sus experiencias y compartir otros secretos de aysén y sus tradiciones.
Gracias a este mismo proyecto, 14 tablets para navegar Aysén Profundo han sido instalados en diferentes bibliotecas públicas de la Región de Aysén, y en la nueva Casa de la Cultura de Coyhaique.
«Esto es una alternativa para hacer más interactiva la atención al usuario y además para que conozcan su tierra, la patagonia», comentó María José Becker encargada de la biblioteca de Puerto Cisnes.
En relación a esto, Philine von Duszeln, productora y directora de fotografía del proyecto, comenta que «uno de los objetivos del equipo es que Aysén Profundo sea un manual de uso para quienes se interesan en conocer y aprender sobre las costumbres de Aysén. La plataforma está dedicada tanto para ayseninos, cuyos padres no les han transmitido estas costumbres, como para visitantes y curiosos de todas partes del mundo, gracias a la traducción. Los tablets son una forma de difundir estas costumbres en la región a quienes no tendrían acceso de otra forma, como una enciclopedia sobre Aysén disponible en las bibliotecas públicas».
Pablo Ocqueteau, director del proyecto y fotógrafo, comentó sobre sus motivaciones para realizar Aysén Profundo.
«Viviendo fuera de Chile, empecé a hacerme muchas preguntas respecto a qué es ser chileno y más aun qué es ser patagón. Sin darme cuenta, comencé a enfrentarme a un conflicto de identidad, de origen, crianza y herencia. Y ‘Aysén Profundo’ ha sido para mí una forma de re-encontrarme con la Patagonia, buscando retratar a esas personas que nunca se han planteado estas interrogantes, pero que en ellos están todas las respuestas, porque en ellos está la esencia de la Patagonia».
Al preguntar a los responsables de Aysén Profundo sobre los principales aprendizajes de este trabajo, ambos coinciden en este popular dicho patagón: El que se apura pierde el tiempo.
«Debido a la escaza conectividad y posibilidades de comunicación en la zona, el equipo decidió fijar todas las citas con mucho tiempo de anticipación -comenta Philine- y sin embargo, muchas veces cuando llegábamos allá un imprevisto u otro, hacía que no pudiéramos cumplir nuestro plan de rodaje y simplemente tuvimos que hacer lo que los ayseninos hacen todo el tiempo… improvisar».»Si bien al principio nos resistimos, la Patagonia y su gente terminó imponiéndonos sus propios ritmos y tiempos», agregó Pablo Ocqueteau.
Publicado por Claudio Díaz Peña./ Fuente: Acá Comunicaciones.
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