Desde hace un tiempo, en EEUU, más que mejorar o reformar la educación, como sistema, más bien hay que reemplazarlo. El nuevo grito, es: ¡Señores, el sistema está obsoleto!
Por Claudio Díaz Peña (*)
cdiaz@elpatagondomingo.cl / @claudio_diazp
“Hay que cerrar todas las escuelas”, se escuchó fuerte y claro hace una década en EEUU. A primera vista, una frase que parece insana e insjutificada. Pero vamos por parte.
Cuando las anteriores generaciones trabajaban en el campo y comenzó el sistema público de educación los padres gritaron: NO! …»Necesitamos que nuestros hijos estén trabajando aquí, en la tierra», y es que no seguir trabajando los predios como se hacía por generaciones hasta entonces, sería una clara invitación a morir de hambre.
Pero crear una nueva “disciplina industrial”, con horarios, trabajo encadenado y labores repetitivas, era el interés nacional para impulsar una nueva etapa de desarrollo americano: la industrialización. Así cada escuela sería el patrón fiel de una fábrica. Entonces parecía lógico. Pero el mundo ha vuelto a cambiar, la gente ahora trabaja también desde la casa, con funciones horizontales, conectado y en líneay con conocimiento transversal y dinámico…
Por eso, desde hace un tiempo, en EEUU, más que mejorar o reformar la educación, como sistema, más bien hay que reemplazarlo. El nuevo grito, es: ¡Señores, el sistema está obsoleto!
Todo lo que acabo de resumir, es en buena parte –no de mi propio análisis- sino del de muchos expertos, entre ellos Alvin Toffler, intelectual, analista y futurólogo; proyecciones que comparten incluso personalidadescomo Bill Gates, empresario, filántropo y fundador de Microsoft.
De hecho, hace más de una década que Alvin Toffler había «profetizado» que aparecerían las «batallas por la educación» en todas las naciones del planeta.
¿Cómo aprendimos la mayoría a utilizar nuestro computador o notebook, el último celular, a grabar un CD, a movernos por Facebook o Internet; elementos con los que trabajamos y nos relacionamos a diario? Respuestas hay muchas, pero seguramente no tienen que ver con haber adquirido ese conocimiento al interior de las aulas.
Y es que no se trata de dejar de educar, sino cambiar el enfoque… Entonces repensar la educación tiene que ver con eso, con educar para el mañana no para el ayer, y las sociedades, las naciones, que se atrevieron a dar el primer paso desde un modelo agrario hacia la industrialización son las que se desarrollaron, de verdad. En cambio las sociedades que se resistieron y temieron ese proceso fueron quedando en el camino, hasta cuando vieron que el resultado de las naciones desarrolladas era cierto, era seguro, servía. Sin embargo, en ese momento, ya era tarde para subirse a ese carro del desarrollo que iba muy lejos, pero que había pasado lentamente por nuestro lado sin que le diéramos una sola oportunidad de abordarlo. Así fuimos quedando en el subdesarrollo.
Bueno, hoy estamos en una encrucijada similar. De transformar nuestro presente de la industrialización y la modernidad, para embarcarnos en el futuro de la globalización. Tenemos la oportunidad de horizontalizar las relaciones, las comunicaciones, de redistribuir el poder y la participación que por tanto tiempo han estado concentrada en unos pocos, y en ese proceso la educación es un tema clave, donde las nuevas generaciones nos están brindando la oportunidad de reflexionar, y que de una vez por todas podamos romper la inercia, la teoría y la práctica que el cambio es más rápido que la forma de adaptarnos, y de demostrar que sí nos podemos adelantar, si nos podemos anticipar y desarrollar con equidad…
(*) Es Periodista y Editor de Contenidos de EPD Comunicaciones Ltda.
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