Algunas características pasan por mostrarse ante su electorado como un ciudadano o ciudadana más, como un vecino a pie, que realmente dé a entender de esa forma, que piensa como usted o como yo, y que por tanto sabrá y se merece representarlo.
Por Claudio Díaz Peña (*)
cdiaz@elpatagondomingo.cl / @claudio_diazp
Los candidatos 2012 están a la vuelta de la esquina. Ya se sienten los primeros asomos de los eslogan y frases de propaganda que comienzan a “inundar” medios de comunicación, murallas, calles y con seguridad Facebook y Twitter.
Es claro que las ansias sobre las elecciones municipales de este año, se evidencia en la gran cantidad de «aparecidos», pero lo más curioso es el marketing político, el estilo con que cada apuesta al municipio se presenta para ir compitiendo, y donde la profusa y amplio interés por candidatearse contrasta con la falta de nuevas ideas. Eso no ha restado imaginación para lanzar conglomerados con nombres grandilocuentes como Igualdad Para Chile, El Cambio Por Ti, Chile está en Otra, o Por un Chile Justo, listas que van en la papeleta del próximo 28 de octubre, que luego de la elección y las promesas de campaña, seguramente quedarán como una intención en la lista de votación.
Hoy, de hecho, podría establecerse casi una especie de decálogo, de cómo ejercer ese rol tan insípido como voluble de ser candidato o candidata. La fórmula incluso es presentarse casi como un «anticandidato»…
Algunas características pasan por mostrarse ante su electorado como un ciudadano o ciudadana más, como un vecino a pie, que realmente dé a entender de esa forma, que piensa como usted o como yo, y que por tanto sabrá y se merece representarlo.
Si usted ya pasó el filtro del partido y del Servel, entonces es candidato o candidata a las Municipales 2012, por lo que asegúrese desde ya, de marchar en alguna manifestación codo a codo con el pueblo, de transitar por las calles, en particular, por las populosas poblaciones, barrios y plazoletas de su territorio comunal.
No olvide, en el trayecto abrazarse con la gente, como si fuera un pariente que hace años no ve a un familiar y que ahora se reencuentran. En especial, sonríase agraciadamente con los dirigentes sociales, con la señora del almacén local, y tóquele la cabeza dándole aparatosos besos a la guagua recién nacida del barrio. Certifique que en este gesto técnico, tenga un marco de público adecuado, sino el impacto se perderá.
Por cierto, debe dejar en claro que protege de alguna manera el medioambiente, aunque recorra la comuna con su 4×4 petrolero, o use ropa sintética y esté conectado permanentemente con su celular y notebook, todo ello que promueve la industria del aluminio, petróleo y el desecho tóxico que ni en miles de años se reciclarán en el ambiente… Total, finalmente nadie repara en sutilezas como esas…
Al hablar de su propuesta inexistente, argumente que la construirá con los vecinos participativamente, así no estará obligado u obligada a presentar programa alguno o medida concreta ante la perpleja ciudadanía. Es más, puede responder con una pregunta, señalando: «¿y usted vecino, vecina que haría para resolver este tema?«
No obstante lo anterior, responda a todo con un gran «SI». Afirme que nada es imposible si hay buena gestión, y que hay siempre que buscar la forma de cómo hacerlo, aunque hasta ahora -enfatice- «quienes están en el poder, simplemente no hayan querido hacerlo«. Eso le otorgará mística, y la mística da popularidad garantizada, lo que es vital para que nadie vaya insatisfecho a votar en octubre por su «propuesta», que como ya dijimos en realidad no existe, pero lo importante es que todos crean que sí.
Fundamental es que se tome fotos con toda la gallá y se mandes una frase pa’l bronce al estilo, “aquí vamos a dar un giro copernicano en la gestión municipal”, o bien emplace a alguna figura, empresa o idea que esté a la baja, en decadencia, de manera de hacerse partícipe de ese sentido colectivo que lo una al electorado.
Acto seguido -y aunque parezca una paradoja y un contrasentido vital- diga con todas sus fuerzas que usted no es “político”…Hoy desacreditar a la política puede se un muy buen negocio como discurso de candidatura, Eso sí, sepa que el problema surge cuando –por alguna razón- usted gana la elección y pasa, quiéralo o no, a ser precisamente un «político» más. Pero no se preocupe, ahí , la sugerencia es lo que la mayoría hace en estos casos, darse una voltereta «copernicana» y cambiar el discurso una vez más…
Ya sabe, este patrón de candidatura se ha utilizado por décadas y seguramente seguirá vigente, por lo que usted será parte de lo que como candidato o candidata deberá hacer ver, escuchar y propagandear durante las próximas 10 semanas. Los efectos los verá el 28 de octubre, aunque nunca, nunca debe olvidar que tras el triunfo hay muchos padres, pero si el resultado no es ése aprenderá que, siempre, el fracaso es huérfano… Buena Suerte!
(*) Es Periodista y Editor de Contenidos de EPD Comunicaciones Ltda.
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