COLUMNA EPD: «¿Llegarán nuevas sílfides a la política?»

 

El gobierno tuvo que salir con un discurso, que es obvio : «No vamos a utilizar ni los cargos públicos, ni la función pública, ni menos los recursos públicos, en ninguna circunstancia, para favorecer o actuar dentro de los procesos electorales, y específicamente en el proceso electoral  municipal«, señaló el ministro Andrés Chadwick, junto con enfatizar que envió un instructivo a todos los ministros, subsecretarios, intendentes y gobernadores para que velen por este principio.

 

 

Por Jorge Díaz Guzmán (*)
jdiazguzman@elpatagondomingo.cl

 

Faltan un par de días para que se ratifiquen los candidatos a alcaldes y concejales, por parte del Servicio Electoral,  y los actores políticos comienzan  a generar los escenarios más propicios para sus pretensiones, que no es más que llevar a los suyos, al mayor número de los espacios edilicios en disputa.

Desde ahora en adelante, tendremos diversas acusaciones de intervencionismo electoral, por el uso de imágenes de figuras presidenciables, de excesivos recursos económicos destinados a las campañas etc., este tipo de interpelaciones, forman parte de la lucha por seducir a los electores y será pan de cada día hasta el 28 de octubre próximo.

Para el Ejecutivo, que debe garantizar la transparencia y ecuanimidad, es una situación compleja, porque como es natural, aspira a que RN y la UDI, obtengan el máximo respaldo electoral  y con ello proyectar esa fuerza a las próximas elecciones parlamentarias y presidenciales.

Lo interesante por estos días, es que los candidatos y candidatas, se enfrentan a un escenario menos conocido que en elecciones anteriores y por tanto el trabajo de «seducción», hacia los electores deberá ser mayor y la tentación de hacer uso de otras influencias también aumenta.

En este contexto, el gobierno tuvo que salir con un discurso, que es obvio : «No vamos a utilizar ni los cargos públicos, ni la función pública, ni menos los recursos públicos, en ninguna circunstancia, para favorecer o actuar dentro de los procesos electorales, y específicamente en el proceso electoral  municipal«, señaló el ministro Andrés Chadwick, junto con enfatizar que envió un instructivo a todos los ministros, subsecretarios, intendentes y gobernadores para que velen por este principio.

La oposición, por su parte, también anunció otra obviedad, al señalar que “usaremos todas las atribuciones que nos otorga la Ley para ejercer la función fiscalizadora”, lo que provocó la reacción inmediata del diputado Patricio Melero, vocero de la campaña de la UDI, quién replicó que «la oposición puede fiscalizar a presidenciables, porque sabe abusar del poder y traspasar recursos del Estado a fines políticos».

Lo complejo para la institucionalidad, léase  partidos  políticos, congresistas y gobierno, es que los ciudadanos, en la reciente encuesta Adimark, evidencian que no tienen confianza en estos referentes; más del 60%  rechaza a la Alianza y a la Concertación; más del 70% de los ciudadanos desaprueba la gestión, tanto del Senado como de la Cámara de Diputados y el 59 % desaprueba como el gobierno desarrolla su labor. Entonces ¿cómo podrán hacer intervencionismo, actores que no son considerados fiables por la opinión pública?

Con estos guarismos en la mano, los candidatos y candidatas se verán obligados, por una parte, a desplegar sus propios encantos y talentos, despegados e ignorando sus domicilios políticos, para seducir a los electores; y por otra “colgarse” de las escasas buenas imágenes, que aún quedan en el catalogo político nacional.

(*) Es Comunicador Social y Director Ejecutivo de EPD Comunicaciones Ltda.
 
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