COLUMNA EPD: «Más legal que legítimo…»

Mirar y juzgar hoy lo que acontece en Paraguay, es casi una paradoja, conociendo lo que vivimos a diario en Chile, donde lo legal y lo legítimo a menudo tampoco van de la mano.

 

 

Por Claudio Díaz Peña (*)
cdiaz@elpatagondomingo.cl / @claudio_diazp

 

El caso de la destitución del presidente paraguayo Fernando Lugo Méndez puso en el análisis la legitimidad del proceso que lo sacó del poder, a partir de un breve procedimiento realizado por el Senado de su país, y que está normado por la Constitución de Paraguay.

El tema es que mucho se ha debatido, en estos días, sobre si lo legal, lo constitucional que dice la normativa vigente del vecino país, es al mismo tiempo un proceder necesariamente correcto, ético, moral y finalmente legítimo.

En Chile, precisamente, parte de esa discusión la vivimos con intensidad a principios de 2010, cuando se instaló el debate de si cumplir lo estrictamente reglamentario, bastaba para resguardar lo que es correcto. Y esto a propósito de las distintas situaciones que el nuevo gobierno realizaba.

Un solo ejemplo fue la postergada venta de las acciones de LAN que poseía el Presidente Piñera y que lo puso en una incomoda situación, al entenderse que no se desprendía de su millonaria participación en la aerolínea, pues tras el terremoto del 27 de febrero de ese año, el valor de las acciones cayeron y, por tanto, no era negocio vender, sino hasta después de 2 meses de haber asumido como Presidente de la República.

Era legal la situación, pero obviamente se tornó en un escándalo mayúsculo el que se custodiara y justificara desde el Gobierno, los intereses económicos particulares del Presidente, para una operación comercial, que finalmente le reportó más de 400 millones de dólares ¿Le pareció, aunque legal, legítimo este acto?

Dos actos de homenaje realizados en Chile -en los últimos meses- a personajes que representan la represión, la tortura y la responsabilidad de la muerte de miles de compatriotas -en estricto rigor- fueron legales. Homenajear al ex brigadier Miguel Krassnoff  en Providencia o a Augusto Pinochet en el Teatro Caupolicán, claramente no contraviene ninguna norma constitucional, de hecho, estuvieron dentro de la plena legalidad, ¿pero son actos legítimos desde la mirada de la sociedad chilena, en lo ético, en lo moral, en lo social?

Mirar y juzgar hoy lo que acontece en Paraguay, es casi una paradoja, conociendo lo que vivimos a diario en Chile, donde lo legal y lo legítimo a menudo tampoco van de la mano.

Lo cierto, es que estamos rodeados de situaciones tanto o más complejas que las que puso en discusión la destitución del hoy ex Presidente Fernando Lugo.

En Chile, sabiendo que es legal, ¿le parece legítimo, cómo se aumentan de manera “express” sus dietas parlamentarias los diputados y senadores de la república?

Le parece legítimo, el sistema electoral binominal, que aunque legal y constitucional, a ojos de toda la ciudadanía activa, es una perversa “maquinita de poder” para gran parte de la clase política?.

Aunque es legal también, ¿le parece legítimo, el magro sueldo mínimo  que rige por ley en Chile…?

Es más ¿le parece legítimo, aunque es absolutamente ajustado a la ley, que en Chile seamos los ciudadanos los que pagamos más impuestos en el país, y no las empresas, que a la vez son las que ganan millonarias sumas, explotando por décadas los recursos naturales de todos los chilenos…?

El lucro en la educación superior, que todavía diversos planteles universitarios privados justifican como dentro de la ley, ¿le parece legítimo?

En fin, podríamos seguir y seguir con más ejemplos y situaciones que nos afectan directamente, a nuestra libertad o a nuestro bolsillo, porque en Chile tenemos leyes para todo, lo que no significa que el conflicto de legitimidad esté fuera de discusión, más bien está siempre latente y, poco a poco, hemos podido ir descubriendo qué se esconde bajo nuestra propia hojarasca…

(*) Es Periodista y Editor de Contenidos de EPD Comunicaciones Ltda.

 

 

 

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