COLUMNA EPD: «Un nuevo estándar de cómo movilizarse»

 ¿Qué ha pasado desde ese 12 de febrero hasta hoy? Poco para algunos y mucho para otros. Los primeros reclaman medidas más estructurales, que modifiquen en el fondo, el cómo se enfrentan los desafíos que tenemos como región, para avanzar más rápido hacia una forma de desarrollo…

 

 

Por Jorge Díaz Guzmán (*)
jdiazguzman@elpatagondomingo.cl

Sin duda, lo más relevante ocurrido en la región de Aysén -en el primer trimestre de este año- ha sido la Movilización Social que tuvo impacto nacional y que obligó al Ejecutivo, por primera vez, a abrir las puertas de La Moneda a una delegación de dirigentes sociales de una región del país.

La región de Aysén fue noticia. Generó empatía con el resto de Chile, incluso traspasó las fronteras nacionales y con él, la figura de Iván Fuentes, un dirigente carismático que sorprendió a la clase política por su forma de explicar el descontento de la gente de Aysén.

La particularidad de Fuentes, es que sin recurrir a las frases clásicas de los dirigentes políticos, sociales y de la propia burocracia, logró instalar el discurso de una región, que reclamaba del Estado, una mayor preocupación.

Más allá de los efectos colaterales del Movimiento, como la violencia, tanto de los manifestantes como la ejercida por las fuerzas especiales de Carabineros, Aysén con su «levantamiento», provocó desde una crisis en el gabinete de ministros, pasando por tensiones en el gobierno local -que aún no terminan-, hasta una forma distinta en que el gobierno aborda las presiones ciudadanas, a partir de la experiencia Aysén.

Pero ¿qué ha pasado desde ese 13 de febrero hasta hoy?

Poco para algunos y mucho para otros. Los primeros reclaman medidas más estructurales, que modifiquen en el fondo, el cómo se enfrentan los desafíos que tenemos como región, para avanzar más rápido hacia una forma de desarrollo. Y los segundos, consideran que la ampliación hasta 8vo año básico y la incorporación del idioma inglés en Puerto Aguirre, o que el subsidio a la leña para 18 mil familias y el hecho que diversos subsecretarios y directivos del gobierno nacional trabajen el petitorio de los 11 puntos; ya compensa los 45 días de paralización que vivió la región.

Lo cierto es que la región puso un nuevo estándar en la movilización social y el cómo llamar la atención de las autoridades nacionales, estrategia que ya se repitió con el cierre de un vertedero en  Pelequén y la creación de un Fondo especial en Calama.

Ahora que enfrentamos un año de elecciones municipales, y en el próximo parlamentarias y presidenciales, pareciera que la clase política, tendrá que sumarse o ponerse al alero de los dirigentes sociales, que son los que han demostrado tienen mayor capacidad para interpretar los sueños y anhelos ciudadanos, de lo contrario, el divorcio entre la política y la gente, seguirá incrementándose.

(*) Es Comunicador Social y Director Ejecutivo de EPD Comunicaciones Ltda.
 

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