Columna EPD: «Factor Aysén, las regiones tienen poder»

Seguramente, más temprano que tarde, se firmará una tregua entre los movilizados de Aysén y el gobierno, acuerdo que tendrá un itinerario y medidas que se dilatarán en el tiempo, hasta una nueva movilización.

 

 

Por Jorge Díaz Guzmán (*)
jdiazguzman@elpatagondomingo.cl

Los acontecimientos que hemos vivido las últimas semanas en Aysén, son una expresión legítima de una ciudadanía que constata que el Estado de Chile no ha atendido de buena manera sus necesidades y que el modelo político y económico, profundiza la desigualdad y obstaculiza las oportunidades que otros ciudadanos tienen en el resto del país.

Las expresiones de descontento social en Aysén responden también, al excesivo centralismo en la toma de decisiones, tanto es así, que las autoridades regionales nada han podido hacer para resolver el conflicto, cada medida debe ser consultada al poder central y son los ministros y subsecretarios quienes -con el desconocimiento de nuestra idiosincrasia- han tenido que sentarse en la mesa de negociación. Ningún Secretario Regional Ministerial ha tenido vocería durante el conflicto.

El orden público lo digita el Ministro del Interior y la línea discursiva política la hace el Ministro Secretario de Gobierno, demostrando con ello que los representantes del Ejecutivo en la región o son incapaces e ineptos o simplemente no tienen atribuciones para hablar en representación del gobierno nacional.

El hecho que diversas organizaciones sociales y políticas locales hayan decidido impulsar un movimiento regional para emplazar al gobierno, en torno a viejas aspiraciones de los ciudadanos de Aysén, no es sólo  una actitud contestataria en contra del actual gobierno, sino que también responde, además, a una tendencia mundial, donde los ciudadanos se sienten con mayor poder y que, usando las redes sociales, se pueden autoconvocar para representar al  establishment sus demandas. Incluso, la actual administración ha impuesto un estilo de gestión sin afecto social, donde la impronta gerencial de la tecnocracia gubernamental, es rechazada por una ciudadanía, como está demostrado, empoderada y que exige ser tomada en cuenta en la implementación de las políticas públicas.

Seguramente, más temprano que tarde, se firmará una tregua entre los movilizados de Aysén y el gobierno, acuerdo que tendrá un itinerario y medidas que se dilatarán en el tiempo, hasta una nueva movilización. No obstante, el tema de fondo subyacerá y no será resuelto, porque el Estado nacional siempre se rehusará a perder o delegar poder hacia las regiones.

Creo, que el tiempo del centralismo en Chile terminó y que el “levantamiento” de Aysén es la energía que faltaba, luego de las demandas regionales de los extremos del país. Ya Isla de Pascua consiguió su estatuto especial de administración, ya el Congreso tuvo que implementar comisiones especiales de zonas extremas, ya los ciudadanos están contestes de su poder, y ha logrado ser escuchado a regañadientes por el gobierno central, por tanto, la urgencia que tenemos como país, es  generar una nueva institucionalidad para las regiones, ya  no es posible seguir ignorándola.

(*) Es Comunicador Social y Director Ejecutivo de EPD Comunicaciones Ltda.

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