Jueves 10 de noviembre 2011: Columna de Claudio Díaz Peña

El «mal estado» del Estado

Por Claudio Díaz Peña
cdiaz@elpatagondomingo.cl

«Un gobierno de los mejores, de los capaces y con verdadera vocación de servicio«, esa fue la frase para el bronce que la noche del domingo 17 de enero de 2010 emitió el entonces Presidente electos Sebastián Piñera Echenique para rematar con un «vienen tiempos mejores«.

En Aysén dirigentes locales de la Alianza enarbolaban que la gestión del «Cambio», marcaría un antes y un después para los habitantes de esta zona extrema del país, que habría una «nueva forma de gobernar» hacia la gente. Hoy, no se ha vuelto a escuchar de los mismos representantes regionales del oficialismo el mismo ímpetu y convicción de las oportunidades que se esparcirían por nuestra zona patagona.

Y es que cuando se revisa la gestión pública y su impacto en la región, muy poco ha cambiado. Ello en sí no es negativo, porque la inercia de la inversión presupuestaria avanza como las aspas de un molino de viento que sigue girando y girando, y que sin embargo -en algunos casos- ha ido disminuyendo su ritmo. Claro hay más recursos regionales y sectoriales, pero con menor avance en la ejecución.

Más allá de lo que diga la autoridad política en la zona en cuanto a que el FNDR ha crecido hasta los $30 mil millones, la inversión en proyectos es satisfactoria, porque la información oficial del FNDR en la región de Aysén disponible al público es sólo hasta el 30 de septiembre de este año. Y las cifras son evidentes. Al noveno mes del año la región alcanza un 53% de ejecución, por debajo del promedio nacional de un 58%, y arroja más de un 13% por debajo del promedio de los últimos 5 años en Aysén que al mes de septiembre alcanzó un 66%.

Es cierto que a la fecha se ha gastado más en comparación a años anteriores, pero teniendo una billetera con más dinero en el año 2011, el gasto entonces es, a todas luces, más deficiente. Así a septiembre de 2010 se gastaron $2 mil 500 millones menos, pero representaban 72% del total, contra el 53% de este año.

En síntesis, es positivo contar con mas recursos, lo negativo es no tener la claridad para saber en que gastarlos, o promover los proyectos necesarios para invertir. Algo que en el caso de los financiamientos sectoriales, es decir, de Educación, Salud, Agro, Cultura, Obras Públicas, etc.; es aún más crítico y críptico pues, extraoficialmente, se conoce que las cifras tendrían un mayor atraso de inversión que otros años y peor que el FNDR, pese a que como majaderamente se ha dicho hay más recursos. De hecho, es una información que todavía las autoridades regionales no han oficializado a la comunidad.

Nos solo la gestión pública económica y financiera está “al debe” en el país y en la región, también están temas sociales como la seguridad publica que en Aysén ha aumentado en un 14%  en el último periodo trimestral, o demandas insatisfechas en áreas como Educación o mejoras en la calidad de vida. La pregunta es si se lograra cerrar este segundo año de gobierno con una gestión pública eficiente.

Y es curioso, pues incluso se acusaba a gobiernos anteriores del mito que el modelo de Estado paternalista, intervencionista y generador de empleos públicos era innecesario, y que debía ser remplazado por un  Estado más minimalista, entiéndase más pequeño, concentrado en proteger los derechos de propiedad, asegurar la estabilidad macroeconómica y garantizar el acceso a la justicia, salud y educación. Pero en este gobierno, este Estado de corte más neoliberal lejos de iniciarse,  nunca llegó a ser una realidad. Hoy se crean más servicios públicos, más ministerios, más subsecretarías, más superintendencias, en definitiva, más centralismo, menos representación y más burocracia, donde se puede fácilmente adelantar que la tendencia actual de una deficiente gestión pública se acentuara, diluyéndose en la superestructura estatal.

Sabemos que con la globalización, existe un nuevo escenario social, político y económico, y ahí la gestión pública del Estado es la tarea prioritaria para todo gobierno, es la búsqueda por maximizar los beneficios a la ciudadanía de manera eficaz, administrar los recursos públicos con el mayor rendimiento posible, y ello con un Estado más representativo, más gerencial y menos burocrático. Más flexible y oportuno, y menos centralizado, donde la transparencia y la responsabilidad pública sean verdaderos ejes transversales. El Estado deber ser promotor más que protector del sector privado y del empleo; que no produzca, sino que garantice el acceso a la educación, a la salud, y a la seguridad social.

Finalmente, la gestión pública eficiente tiene que ver con gestión eficiente de la información, de los sistemas de control interno y externo eficientes. En buenas cuentas, un buen gobierno implica 2 cosas básicas: primero, fidelidad al objetivo del gobierno, que promete felicidad al país; y segundo, debe saber cómo disponer los mejores medios para alcanzar esa promesa “de los mejores, de los mas probos, del cambio y del  la nueva forma”, algo  que cada vez se repite menos desde el gobierno, pero que la gente lo recuerda cada día con más indignación…

De lunes a viernes, de 14 a 15 horas, por www.radioventisqueros.cl/radio_online.html

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