“La escalada perfecta”
Por Claudio Díaz Peña
cdiaz@elpatagondomingo.cl
En una guerra, una escalada, se entiende como una serie de acciones y decisiones entre 2 países o facciones que, gradualmente, van incrementando la intensidad de su beligerancia.
Una escalada es ir peldaño a peldaño aumentando el volumen de la intolerancia, del vacío del dialogo, de la odiosidad frente al otro.
Una escalada perfecta, por tanto, suele concluir cuando el conflicto bélico es inminente e irreversible. Es decir, cuando se desata la guerra. Cuando la violencia es mutua. Y cuando sólo se espera que uno de los 2 grupos enfrentados, supere y domine al otro, a través del mayor grado fuerza ejercido, de la máxima coerción posible, y apostando a ocasionar el daño más absoluto a quien se considera, en definitiva, un «enemigo».
Una escalada hacia una guerra puede demorar horas, días, meses o años. Pero en la mayoría de los casos, más allá de los tiempos en que se desarrolle, el fin último es la guerra, que a la vez es el medio para imponer una visión.
La escalada arrastra no sólo a los antagonistas batallas consecutivas, sino que también alinea a otros detrás de cada uno de los principales actores en disputa.
La escalada perfecta está hoy en Chile.
Luego de más de 5 meses de intentos de diálogos entre estudiantes, profesores, apoderados, administrativos, rectores y trabajadores, por una parte; y el gobierno, empresarios, políticos y economistas, por otro; el escenario social es claramente comparable a una hoja de ruta bélica.
Cuando comenzaron los estudiantes a salir a las calles a manifestarse, la respuesta fue prohibir las marchas. Cuando se buscó presionar con tomas, la respuesta fue una represión policial; cuando se propuso educación gratuita, eliminar el lucro y aumentar la tributación a las empresas, la respuesta fue enviar un proyecto de ley para sancionar el saqueo. Cuando 2 millones de personas se manifestaron en un ejercicio de plebiscito nacional, la respuesta fue desacreditar el proceso y su validez; y cuando se han desarrollado miles de horas de marchas pacíficas, con música, disfraces, besatones, corridas y bailes; la respuesta es centrar la atención en los actos violentistas y en aplicar la Ley de Seguridad del Estado. Insisto. Todo esto ha sido una escalada perfecta.
Hoy estamos en la etapa culmine de una serie de acciones y decisiones que buscan vencer al otro, menoscabarlo, simplemente destruirlo, y la razón por la que cada guerra es tan dañina es porque no sólo se llega a destruir al que está enfrente, también se destruye una parte de sí, una parte de la cordura y una parte de lo que nunca más, volveremos a ser…
De lunes a viernes, de 14 a 15 horas, por www.radioventisqueros.cl/radio_online.html
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