Lunes 8 de agosto 2011 – Columna de Jorge Díaz G.

Por Jorge Díaz Guzmán
jdiazguzman@elpatagondomingo.cl

“La fe pública es la garantía que el Estado da en el sentido que los hechos que interesan al derecho son verdaderos y auténticos”.

Cuando los ciudadanos por diversas razones y acciones perciben, que no es posible confiar en las instituciones más preciadas por una sociedad democrática y republicana, comienza el cuestionamiento de la Fe Pública y con ello el deterioro, no sólo de esas instituciones, sino que también, de la forma en que los grupos sociales interlocutan, para solucionar sus controversias y defender, basándose en el derecho, sus legítimos intereses.

Pareciera que en nuestro país, está en crisis ese preciado valor, la Fe Pública. Los ciudadanos, están empezando a no creer en quien ejerce el poder, cualquiera que éste sea, ponen en duda, a las instituciones que deben velar por el bien común.

La desconfianza entre los interlocutores sociales, el rechazo a las malas prácticas del sistema financiero, el darse cuenta que en la escala social, los únicos que ganan son aquellos que administran las grandes corporaciones, que cada día es más evidente, que existe un grupo que disfruta de  los privilegios, que otorga el ejercicio del poder, en desmedro de la gran masa, que sólo es espectadora del desarrollo y del bienestar que se deriva de la generación de riqueza.

Es éste cuadro, el que está generando el deterioro del cual hablamos y por tanto es urgente abrir espacios de discusión en torno al modelo de sociedad que estamos construyendo. Hoy en diversos países desarrollados y emergentes se manifiesta el mismo fenómeno, por tanto, no es casual, que en el nuestro, esté ocurriendo algo similar.

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