La actividad realizada en Puerto Aysén contó con la participación de productores y productoras regionales.
PUERTO AYSÉN (lunes 4 de julio 2011).- Con la participación de productores y productoras de las comunas de Aysén y Coyhaique, además de técnicos, profesionales, representantes de los servicios del agro y autoridades regionales, se realizó un día de campo organizado por el Ministerio de Agricultura, a través de Inia Tamel Aike, en el que se dio a conocer los avances a la fecha del proyecto de introducción de brassicas forrajeras a la región.
Esta actividad, enmarcada en el proyecto «Aumento de la disponibilidad de forraje en pie, en el período de otoño-invierno, en base a cultivos forrajeros no convencionales, para los sistemas ganaderos ovinos-bovinos de la Patagonia Húmeda de la Región de Aysén», es una iniciativa cofinanciada por la FIA y ejecutado por INIA Tamel Aike, en diferentes sectores productivos de esa región.
Raúl Rudolphi, seremi de Agricultura manifestó, “una de las falencias históricas en el segmento productivo, es la necesidad de forraje para los meses de invierno. Una alternativa que ha implementado por Inia es el uso de brassicas, a través de ensayos en diversos puntos de la región, lo que permite monitorear la rentabilidad económica y los resultados en el ganado en su utilización”.
Indap a través de fondos de cultivos suplementarios permite el uso de estos cultivos, hasta con un 80% de subsidio, por lo tanto aquí se observa el trabajo mancomunado de servicios como INIA, FIA e Indap, todos servicios dependientes del Ministerio de Agricultura, dando una respuesta integral a las necesidades de forraje de nuestra región.
Por su parte, Christian Hepp, director regional de INIA Tamel Aike e investigador del proyecto, destacó las características que posee este tipo de cultivos, “este grupo de cultivos, entre los que contamos los nabos forrajeros, las rutabagas, el raps, las coles forrajeras, entre otras, han permitido que tengamos mejores herramientas para romper la estacionalidad productiva en la región”.
Asimismo agregó, “de esta forma podemos tener forraje en épocas en que antes no teníamos y podemos alimentar más económicamente al ganado con muy buena calidad, siendo este un proyecto cofinanciado por el FIA, que nos ha permitido tener resultados de gran interés para los productores/as ganaderos, tanto en crianza como en recría y engorda”, puntualizó Hepp.
La actividad comenzó con una serie de charlas técnicas por parte de profesionales del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), las que abordaron temas productivos y de manejo de los cultivos, sumado a contenidos relacionados con salud animal asociada al consumo de estos cultivos.
La jornada terminó en terreno, ya que los asistentes se trasladaron a un predio cercano donde tuvieron la posibilidad de conocer cada uno de los cultivos, e igualmente observar el manejo con animales, ocasión que sirvió para aclarar dudas practicas por parte de los productores/as, los que se mostraron muy conformes con esta iniciativa.
RESISTENTES AL FRÍO
La principal ventaja de estas forrajeras es que presentan especies de corto y largo período vegetativo, como los nabos forrajeros, el raps forrajero, las rutabagas y coles forrajeras.
Poseen gran resistencia a las bajas temperaturas y a la sequía. Por la rusticidad de su cultivo, son capaces de adaptarse a suelos marginales y levemente ácidos, y en terrenos donde —por razones de clima— no es posible cultivar especies forrajeras tradicionales como maíz y alfalfa.
Por otra parte, el raps y los nabos forrajeros se caracterizan por su rápida entrada en producción, ya que entre siembra y utilización necesitan en promedio de 90 a 120 días para su crecimiento. Las coles forrajeras y las rutabagas, por su parte, requieren de un período de tiempo que va de los 150 a los 220 días.
En cuanto al rendimiento, las brassicas forrajeras presentan altos niveles de producción, como por ejemplo 16 a 18 toneladas de materia seca (MS) por hectárea en rutabagas y coles forrajeras, entre 10 a 12 ton MS/ha en raps forrajero, y entre 12 a 15 ton de MS/ha en nabos forrajeros, todas referencias del hemisferio sur, una vez que estas especies han alcanzado su madurez de cosecha.
Con respecto a su calidad, hay que destacar el alto contenido de proteínas que aportan las hojas de estas especies como alimento animal, las que pueden llegar a valores de 15 a 25%, mientras que las raíces de nabos y rutabagas pueden alcanzar valores de 10 a 15%
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