Menos blablá, y más realidad
Por Jorge Díaz Guzmán
jdiazguzman@elpatagondomingo.cl
¿Cómo comunicar y cómo socializar las medidas de la agenda social?, es la interrogante que no logra responder el equipo político del palacio de La Moneda. A mi juicio, ese no es el problema que tiene la actual administración, sino que, el cómo, una vez implementada una medida, que se supone favorece a un importante sector de la ciudadanía, el gobierno logra mejores niveles de aprobación, de simpatía y de reconocimiento expresadas en las encuestas.
Hoy la ciudadanía tiene mayores canales de información, que hace 10 ó 15 años atrás, es evidente el mayor número de alternativas disponibles para informarse y las denominadas redes sociales, son más que suficientes para que la población se entere en tiempo real, de cada una de las medidas que implementa el gobierno y por tanto, el problema no es la comunicación, como dicen el segundo piso de La Moneda, sino cómo esas medidas se traducen en simpatía hacia el gobierno y La Alianza.
Durante esta semana, al igual que los parlamentarios, el gobierno hará su semana distrital, es decir, todos quienes tienen el mayor rechazo ciudadano, saldrán a comunicar lo que están haciendo a favor de la gente.
Los ministros y subsecretarios recorrerán Chile para explicar los beneficios del 7%, que se elimina y por tanto se incrementa en las pensiones de un importante número de pensionados; dípticos, videos, folletos y seguramente campañas publicitarias, a través de los medios de comunicación tradicionales, escucharemos durante toda esta semana, como si nadie supiera que el proyecto está instalado en el Congreso para su implementación. Reitero, ese no es el problema que tiene el gobierno y la oposición que marcan casi un 60% de rechazo ciudadano.
El enojo que tiene la ciudadanía con los grupos de poder, no se transforma en simpatía con una campaña de difusión más o menos. Lo que quiere sentir la ciudadanía es sinceridad, de parte de la clase gobernante, es transformar el discurso en confianza, porque hasta ahora lo que se percibe, es que las medidas son implementadas de manera utilitaria, funcional y de seducción, y no como una preocupación real, desde el alma.
Cuando una actividad tan importante como el gobernar, se hace de manera gerencial, donde se planifica fría y calculadamente una política pública, ésta nunca tendrá una respuesta emocional por parte de la ciudadanía. Cuando se escucha al ministro Felipe Kast, sobre determinados indicadores de pobreza y que las medidas tienen que ver con ecuaciones económicas y no con las personas, obviamente que esa medida no se sentirá cercana a las personas. El lenguaje, el argumento y el beneficio de una política social, no tienen que ver con indicadores, el dato proviene desde la tecnocracia, pero la solución a un problema social viene desde la convicción ética, desde la moral política y desde la preocupación humanitaria y eso los ministros gerentocráticos del Presidente Piñera no lo saben y si lo entienden, lo explican desde las estadísticas, desde el balance, desde cómo mejorar un indicador, para ellos es una meta de cómo mejorar los indicadores en las cuentas nacionales.
Entonces, el problema que tiene la actual administración, no es sólo comunicacional, como señalan algunos analistas, la dificultad es cómo lograr el link con el ciudadano que recibe los beneficios de determinadas políticas públicas, y como percibe el ejercicio del poder.
Cuando la dueña de casa está preparando su almuerzo y ve en los programas matinales de cualquier canal de TV, donde hay un animador de farándula, transmitiendo desde el aeródromo de Tobalaba, como despega el Presidente de la República con su helicóptero para hacer un sobrevuelo por la ciudad para completar las horas de vuelo que le permitirá no perder su licencia de piloto, ¿qué reflexiona esa ciudadana?, ¿qué puede pensar respecto de los problemas que ella tiene y la preocupación del primer mandatario? La misma sensación, que usted está pensando; rabia, sorpresa, indiferencia, pero en ningún caso cercanía.
Y ese mismo estado de ánimo le provoca el ejecutivo de la multinacional, el parlamentario y todo aquel que teniendo poder, no mantiene un dialogo social coherente con su función. Al final, lo que estaría faltando a nuestra clase política, pareciera ser un mayor grado de coherencia en el decir y el hacer, entre el comunicar y el sentir lo que comunica…
De lunes a viernes, de 14 a 15 horas, por www.radioventisqueros.cl/radio_online.html
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