La vigilancia que no vemos

Por Priscilla Villavicencio C.
Fotos Agencia Imágenes de la Patagonia.

   La proliferación de las cámaras de vigilancia o CCTV (circuito cerrado de tv) en pos de la seguridad ciudadana y el resguardo de los bienes del sector privado, nos hace preguntarnos ¿hasta dónde se puede filmar? Luego de recorrer la ciudad y enterarnos de la magnitud de la red de CCTV cabe una segunda pregunta: ¿cuándo no me están mirando?, si tomamos en consideración que la mayoría de las cámaras que hoy nos acompañan cuentan con sistema de grabación y archivo, surge una tercera pregunta ¿quién fiscaliza el uso de ese registro?

   Hace 2 meses en Santiago se aprobó la instalación de casi 300 cámaras para 24 comunas, el boom del monitoreo ha llegado y la Región de Aysén lejos de quedarse atrás, avanza día a día. Según datos entregados por el Gobierno Regional de Aysén (GORE), el proyecto «Adquisición de cámaras de televigilancia para Coyhaique” permitió ya el año 2006 la instalación de 4 cámaras en puntos estratégicos de la ciudad. La inversión de $44 mil 659 millones, financiados en un 100% por el GORE entregó el sistema operativo a Carabineros, mientras que la mantención de los equipos de video y computación son de responsabilidad del municipio de Coyhaique.

   Aunque son sólo 4 cámaras, la misión de obtener una visión integral se cumple a cabalidad, con un alcance de no menos de 200 metros de área de influencia a 360°, actúan como elemento disuasivo y colaborativo con el control y fiscalización de la vía pública.

Seguridad ante todo

  Las cámaras de tele-vigilancia fueron instaladas en 4 intersecciones: Prat con Simpson; Prat con Bilbao; Plaza de Armas esquina Condell;  y Condell esquina Moraleda. Y todas responden a una sala de monitoreo ubicada en la Central de Comunicaciones de Carabineros (Cenco) en la Primera Comisaría de Coyhaique. Desde ahí, un profesional observa y manipula las cámaras las 24 horas del día, acercando y alejando el objetivo, girando e incluso haciendo seguimientos.

   Para el coronel de Carabineros, prefecto Carlos Burgos, la iniciativa es hoy una herramienta muy necesaria, “para nosotros son de gran utilidad, nos permite mantener una vigilancia a través del sistema tecnológico en el sector céntrico, a raíz de esto hemos podido en muchas investigaciones identificar algunos delincuentes (…) y son de gran ayuda para la función preventiva y la seguridad pública”, por otra parte, indicó el prefecto, “la central permite la visualización de delitos y envío inmediato de dispositivos, lo que también evita el uso de personal estacionario que puede ser enviado a otras zonas de la ciudad”.

Ojo del Gran Hermano

   Pero no sólo en las calles los patagones nos podemos encontrar con cámaras, casi en una suerte de reality ciudadano al estilo del filme “The Truman Show”, estos ojos electrónicos también están en cada tienda que visitamos, claro que esas centrales de video no están siendo monitoreadas por Carabineros, sino por empresas privadas externas de seguridad, muchas veces de corte nacional. 

   Por ejemplo, en la empresa Corona, cuentan con al menos 15 cámaras que recorren todos los espacios del centro comercial. El jefe de departamento de Corona, Rubén Zamorano, comenta que las cámaras abarcan el 100% de la tienda, considerando que se ubican sólo en espacios públicos, “de acuerdo a las normativas vigentes no pueden estar en sector de probadores, baños y casinos. Porque no corresponde, es un sector privado (…) todo el sistema de tele-vigilancia a nivel nacional, son monitoreados desde la localidad y en la casa matriz”.

   Ahora, si se hace un poco de memoria, es posible recordar el incidente captado por las cámaras de seguridad de Homecenter Sodimac Coyhaique, en el que la central de seguridad grabó a 2 personas en calle Ogana mientras practicaban sexo oral, momento que no sólo fue capturado por las cámaras de Sodimac, sino que la grabación fue difundida en Internet. Al respecto el gerente de tienda, Adolfo Quintana explica que quien realiza las grabaciones es una empresa externa, que ya no trabaja con ellos, “se trató de indagar cómo se filtró esa información que no debería salir, ni yo a veces me entero de las filmaciones, las personas a cargo del centro de tv, fueron sacadas”, asegura Quintana, quien recalca que las cámaras de la tienda se han utilizado fundamentalmente como prevención.

Cámaras en el trabajo

   Así también el gerente de Sodimac menciona que las cámaras están orientadas al interior de la tienda. “No se trata de vigilar a los trabajadores ni al público, sino de detectar cualquier situación que pueda resultar en un perjuicio para la empresa, entonces tenemos cámaras al interior del recinto, sala estacionamientos, todo lo que pueda resguardar la seguridad interna”, aclara el gerente, indicando que no monitorean camarines, casinos, salas de reuniones  ni  lockers de empleados.

   Aún cuando en Homecenter parecen respetar el ámbito privado de los trabajadores, lo curioso es que no existe aún una ley o norma que regule el uso de cámaras en el comercio.

   La Dirección del Trabajo en Coyhaique, encargada de defender los derechos de los trabajadores, indica que las facultades que tiene el empleador respecto de la vigilancia que pueda ejercer, respecto de las cajas registradoras la establece en los reglamentos internos de orden, higiene y seguridad, ahí el empleador indica cuáles van a ser sus medidas de control.

Ricardo Carmi, dueño de Carmi&Carmi Asociados; Eugenio canales, director Regional del Trabajo, y el Prefecto de Aysén, Carlos Burgos.

   En ese sentido, si está en el reglamento interno y los trabajadores están en conocimiento, el empleador puede poner cámaras donde él disponga, exceptuando los sanitarios, lugar en que no se justifica vigilancia.

   Respecto de los derechos fundamentales de los trabajadores, especialmente, aquel ligado a la dignidad, el director regional del Trabajo, Eugenio Canales, señala que “las cámaras no están destinadas a vigilar un trabajador en particular, si el empleador utilizara este mecanismo para otros hechos, y hubiera una persecución a un trabajador, este puede presentar un reclamo”.

   Así el organismo de fiscalización laboral informa que no existe hasta la fecha ningún reclamo por vulneración de derechos por vigilancia de cámaras, y si hay empresas que no cuentan con esta tecnología y desean hacerlo, sólo basta que se modifique el reglamento interno y se comunique a los trabajadores.

Control remoto

   Es tanto el campo que abarca la televigilancia, que hoy podemos instalar cámaras en nuestras empresas y casas para monitorear en vivo y en directo desde nuestro celular. Así lo explica el técnico en computación y dueño de la empresa Carmi&Carmi Asociados, Ricardo Carmi, quien hace 2 años llegó a la Patagonia e instala cámaras de seguridad a la medida.

   “La idea es instalar cámaras de acceso remoto, eso significa que la instalas en tu casa o empresa y  en cualquier computador con Internet del mundo lo puedes ver, grabar, sacar imágenes, etc., también hay un sistema que avisa si es que está pasando algo, mediante un sensor de movimiento que envía una señal a tu celular o computador, con los celulares nuevos puedes hacer monitoreo en directo”, explica Carmi.

   Las cámaras varían según la calidad de imagen, si son para el día o día y noche, blanco y negro o color, si monitorean o graban, etc. Los costos de dicho servicio parten con un piso de $200 mil, al que se le suman las cámaras que se quieran adquirir, el usuario maneja una clave que puede cambiar en cualquier minuto y así tiene acceso a su vivienda o empresa. Carmi ejemplifica que ha instalado cámaras en Mañihuales para empresarios de Coyhaique, que hoy gracias a la tecnología, se ahorran más que un par de viajes.

Un vacío legal

   La legalidad de la video-vigilancia en los espacios laborales está impresa en las normas internas de las empresas y puede ser objetada una vez que un juez defina si existe vulneración de derechos. También la ley de prensa permite la captura de imágenes en cuanto éstas funcionan como investigación de un delito, como es el caso del ex senador Jorge Lavanderos, donde se argumentó que invadir la privacidad se supeditaba a un bien social mayor de interés público que desemboco en una investigación de la justicia chilena. Pero para el espacio público no existe norma que regule, quizá deberíamos volver a revisar la Constitución de la República para defendernos de tanto ojo atento, cuando creemos que la calle esta vacía, o defendernos de quienes revisan y archivan estas imágenes, cuyo fin podría ser una colección familiar, Internet o chantaje.

  Jorge Contesse, profesor de Derecho y director del Centro de Derechos Humanos de la Universidad Diego Portales explica que “el derecho a la privacidad, contrario a lo que podría pensarse, no está circunscrito al ámbito privado o íntimo, donde los demás no tienen libre acceso.  Es posible ejercer el derecho a la privacidad también en lugares públicos, por lo cual las cámaras de seguridad ciertamente lesionan este derecho.  Debe determinarse caso a caso qué debe prevalecer: si el combate contra la delincuencia por medio de cámaras o el derecho de las personas a decidir quiénes nos ven”.

   En Inglaterra y EEUU ya existen normativas para la video-vigilancia, pese a esto también se han organizado grupos libertarios que se oponen a las medidas, nuestra región esta comenzando a hacerse parte de este boom, cientos de cámaras ya están instaladas, próximamente se espera un proyecto  de cámaras en Puerto Aysén, existen intenciones de  ampliar la red de Coyhaique, el ojo del Gran Hermano ha llegado, y mientras tanto vale la pena volver a preguntarse si ¿sabes quién te está mirando?

Padres omnipresentes

   La tecnología CCTV es utilizada por el jardín Cuna de Cóndores de Coyhaique, quienes ofrecen a los padres un monitoreo constante de las salas en las que están sus hijos. La apoderada del jardín, Paula Cruces, considera que es una buena iniciativa “es bastante bueno, obviamente tiene sus falencias, no tiene sonido, pero sí tiene varias cámaras de distintos ángulos, son varias cámaras y tengo acceso a 3, de manera que me permite ver a mi hija si está llorando, si está sola, si está jugando, obviamente uno está trabajando y no puede estar todo el día en eso, pero sí puedes hacer un chequeo cada cierto rato, entonces obviamente si veo una cosa rara puedo hablarlo con las tías o los administradores”.

   “Lo del audio es fundamental, estas cámaras no son de tan alta resolución”, señala Cruces, arguyendo que “cuando mi hija era pequeñita, yo la veía sentada en una silla nido y veía que se movía harto, y yo no sabía si se movía de felicidad o era porque estaba llorando, entonces si tuviera sonido sería mucho mejor (…) a veces las tías pueden cuidar muy bien a los niños, pero a veces tienen poca paciencia y los gritonean, y eso no sale, no se escucha”.

   La  coordinadora general del jardín, Cuna de Cóndores, Paula Rocafort, explica que la idea nace por “insertar un poco de tecnología y hacer más transparente la labor de sala cuna, el acceso de los apoderados a ver a sus hijos le da más confianza, ver que sus hijos están en la actividad que se les dice que van a estar. Los trabajadores no han tenido objeciones, al contrario, porque ellos tienen el respaldo con las cámaras de lo que realmente sucedió”.

   La técnico asistente de párvulo, tía María Cristina, apoya la opinión de Rocafort, mencionando que “está bien, porque los papás tienen más seguridad, les da más confianza que los niños estén en el jardín (…) de hecho ni me acuerdo que hay cámaras, nosotros trabajamos normalmente, nadie está pendiente de las cámaras, es normal para nosotras”.

   Respecto de la finalidad de las cámaras, el antiguo sostenedor, Carlos León, agrega un segundo aspecto, “hay un tema súper importante que tiene que ver con la formación de personal, nosotros generamos escuela en el jardín, gracias a los profesionales que tenemos, y podemos ir capacitándolos y amoldándolos a las necesidades de nuestro programa, en función de eso las cámaras nos permiten poder ir revisando conductas, y con eso vas capacitando a las tías, por ejemplo una tía estuvo por 2 minutos dando la espalda a la sala, y después al ver las grabaciones ellas pueden corregir esas conductas”.

 Más cámaras

   Según informaciones entregadas por el GORE Aysén, existe la posibilidad de instalar cámaras en Puerto Aysén, sin embargo, todo depende de la evaluación entregada por Carabineros Coyhaique de cómo han funcionado los dispositivos esos últimos 4 años.

   Al menos para el alcalde de la comuna de Coyhaique, Omar Muñoz, «para el municipio es muy importante la seguridad de la ciudadanía y para nadie es un misterio que las cámaras han sido un tremendo aporte para el trabajo de Carabineros; vamos a estudiar la presentación de un nuevo proyecto para aumentar el número de cámaras de vigilancia o lograr mejorar las ya existentes, para eso nos reuniremos con las autoridades policiales, para ver sus reales necesidades y evaluar su funcionamiento».

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